Con nuestros pies motivados por la curiosidad seguimos en la búsqueda de la verdadera mitad del mundo. Aunque con un pensamiento que no he podido sacar de mi mente –mitos–. Ya que aparentemente hay tres: la determinada por la geodésica francesa del siglo XVII, la prehispánica y la realizada por GPS. He buscado varias opiniones científicas en reportajes subidos a internet y con algunos amigos especialistas. Afirman que la “latitud 0” es una “franja” de un par de kilómetros de ancho, pero con los GPS actuales –de gran precisión- es imposible debatir. Ahora sabemos cual es el lugar exacto donde el hemisferio norte y sur se mantiene equidistante. Con estos antecedentes llegamos a nuestra última visita “Catequilla”, el único sitio de origen prehispánico – e incluso pre incaico - construido sobre la línea equinoccial y tristemente descuidado.
Catequilla
Para conocer este lugar, toma un bus en la Estación La Ofelia por ¢50 con dirección a la mitad del mundo. Si vas en auto propio debes pasar por Calderón y Carcelén a Pomasqui, seguir al norte 20 min por la Av. Manuel Córdova Galarza. Ya en el poblado de San Antonio tienes que continuar por la avenida principal hasta la calle Chaguar, cruzar el río las monjas a Puellaro, ahí a unos pocos metros un pequeño letrero indica la entrada por un callejón lastrado sin desvíos. También se puede llegar desde el redondel en la salida de Pomasqui. -Lo que sí- la parte final es de tierra suelta y le vimos complicado seguirlo a pie –Mucho tierrero– así que es preferible alquilar una carrera en camioneta. Tu vehículo si es muy bajo puedes estacionarlo en la base y subir caminando los últimos 100m. No te olvides, el camino es angosto y es compartido por motos, bicicletas, autos de subida y bajada. Síguelo con precaución.
Sinceramente me lo imaginaba de otra manera o mínimo cuidado por su importancia histórica –es patrimonio cultural-, ya que está totalmente descuidado. Había visto algunas fotos y datos sobre bases de piedra –aún incomprendidas- que al parecer con mayor investigación se lograría identificar su significado. O al menos datar su origen ya que la ambigüedad de ser precolonial o colonial o posterior resta significativamente su valor. Solo imaginemos que sean anteriores a la conquista Incaica. Podemos estar frente a una de los últimas ruinas que quedan de este tipo en todo el Ecuador. Lo más preocupante es que hay varias minas de arena a sus alrededores que van a eliminar el espacio y con ello los conocimientos que engloba para la posteridad.
Retomando, Catequilla proviene de las voces quichuas “Cati” Tapado y “Quilla” Luna. Es un conjunto de varias estructuras circulares dejadas bajo tierra que indican alineamientos astronómicos con un pequeño obelisco en la parte céntrica. Hay un monumento de construcción actual de metal elaborada por Gustavo Guayasamín, que al parecer está sobre uno de los vestigios. Eso si, es una bella expresión artística de aproximadamente 10m metálico compuesto por doce chacanas en movimiento concéntrico espiral con terminación en el ícono que representa los equinoccios y solsticios. Pero si realmente se encuentra encima de este disco, -no tiene perdón-. También tienes una gran vista panorámica de 360 del horizonte, puedes observar desde Cayambe hasta el Pululahua.
Para mi sorpresa una loma posterior también es parte de esta reliquia arqueológica pero es una ruta para motocross. Inclusive el muro de tierra compactada que bordea el sector parece ser de igual forma otro vestigio. Nosotros pasamos un buen tiempo caminando mientras varias familias y amigos llegaban al lugar, se sacaban unas fotos e inmediatamente regresaban. Quizás sin saber el significado ancestral y actual que podría tener para el país, todos los grupos se treparon a la pared o escalaron el obelisco o subieron al monumento. Sabemos que sin el mínimo cuidado -No va a durar- y si hay intereses mineros desaparecerá bajo una montaña de indiferencia burocrática.
Cada monumento a la mitad del mundo guarda una parte de nuestra esencia cultural. Desde los increíbles esfuerzos del grupo de la Geodésica Francesa que por 9 años trazaron la línea ecuatorial cruzando montañas y superando obstáculos. Cuyos resultados tuvieron tal importancia para la sociedad que cambió la forma de estructurar al planeta. Aportando a una emergente identidad que tomaba conciencia ya que “ese lugar era tierra del Ecuador”.
El increíble pasado ancestral de una tradición milenaria. Nuestros antepasados indígenas tenían –y tienen- una forma estructurada y compleja de entender al mundo. La línea equinoccial pasa por los vestigios de sus estructuras, cuyas líneas creadas por las sombras perpendiculares permiten escoger las fechas idóneas para sembrar, cultivar y vivir.
En nuestro querido país de altos contrastes podemos reinventar las distintas actividades que disfrutamos en cada museo, aportar a nuevas ideas y diferentes atractivos turísticos. Sería emocionante soñar con un circuito turístico que nos invite a recorrer la cosmovisión del mundo indígena y la historia de la expedición francesa del siglo XVII. Ya que hay aún muchas historias por contar.
No se olviden que la línea ecuatorial atraviesa 13 países aparte del Ecuador y dentro de nuestro país destaca su paso por varias ciudades como Lago agrio y Pedernales, en donde también podría haber un monumento. Si nos leiste hasta este punto, de parte de Isra y Gaby te agradecemos y te invitamos a recorrer nuestro país, -realmente es una bestia-.
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