El deseo de un viaje de relax nació después de tiempos de enfermedad -covid- entendimos que nos merecíamos relajarnos por fin en el mar, porque allí dicen que la vida que es mas sabrosa entonces 'vamos' dijimos, primero a Salinas para luego caer en Montañita. Solo de pensar estaba feliz, aunque soy serrana y no aguanto mucho el calor- literal me derrito-, nada me impediría pasar bien. Activamos el modo mochilero, nos sorprendió saber que desde Ambato existen ya buses directos a Montañita 'que suerte'. Entonces solo hizo falta comprar los boletos $15 a nuestra primera parada que sería Salinas. Hay que invocar a los dioses para que después de 8 horas de viaje llegues sano y salvo porque sólo el tramo Pallatanga estaba muy feo.
Déjenme decirles que el terminal de Santa Elena está remodelado y con ello es mas seguro, hasta te recibe un monumento dedicado al mochilero. Para llegar a la playa debes salir a la avenida principal tomar un bus por 0.35 ctvos y en media hora aproximadamente estarás en el malecón de Salinas. La ciudad nos recibió muy temprano en la mañana aún antes de que hayan desayunos. Entonces disfrutamos la tranquilidad de sus calles, dicen que es 'aniñada' más bien podríamos decir que es muy ordenada, limpia y tranquila. Relax total. Con nuestras mochilas al hombro y con un sol que ya se estaba despertando, decidimos encontrar hotel, caímos en el Coco.s - recomendado- accesible ($30 la noche para 2 personas) cómodo, con buena comida, coctelitos deliciosos y además con una pequeña piscina incluida.
Como Llegar.
Una vez con nuestras cosas seguras, ropa de playa y cámara en mano directo a la “Chocolatera”. Puedes ir a este punto en tren turístico por $10, en taxi por $2 o caminando que es gratis pero si es un poco largo. Te recomendamos ir en taxi de ida y de regreso puedes regresar por el sendero hacia "la Lobería". Es preferible ir en fechas que no sean feriado para evitar gastar demás. Al pensar en la “Chocolatera”de una se te viene la idea deliciosa del chocolate, pero no es nada de dulces. Se la denomina así por la fuerza de las olas del océano Pacífico hacia el acantilado de la costa y este golpe contra la roca genera una espuma que rodea por varios minutos todo el mar, se ve espectacular.
En ese mismo momento conoces la península más extrema del Ecuador “la Puntilla” que también es uno de los punto más alejados de Sudamérica. Si vas con suerte puedes encontrar hasta piqueros de patas azules sin estar en Galápagos.
Como siempre no hacemos la ruta fácil decidimos seguir el sendero hacia “la Lobería” a pie, serían aproximadamente unos 45 minutos caminado tranquilos por la playa, para nuestra suerte el calor bajo. Algo tan hermoso como raro nos sucedió al ir caminando, nos encontramos con 'cangrejitos rojos bebes' muchos de ellos haciendo de manchas rojas en la arena moviéndose por nuestra presencia, quisquillosos de lado a lado con su caminar particular, no se dejaron tomar fotos pero si nos regalaron un momento divertido entre la tarde que ya iba cayendo.
Un letrero nos alertó que hay que tener cuidado por esta playa xq ahí habían nidos también de tortugas lo cual nos hizo poner más atención donde pisábamos. Por eso es bueno ir leyendo la señaletica. “La Lobería” son rocas saliente, tipo acantilados, que hacen de hogar para una congregación de lobos marinos, ellos muy gordos pasan sus días felices y tranquilos entre la espuma del mar del Pacífico - eso sí es vida-. Cerca de este lugar también pudimos observar algunos surfista atrapando olas por diversión. Es increíble saber que nuestro país guarda secretos en cada rincón para irlos descubriendo a pie, es un mundo totalmente diferente.
Cuando no hay transporte, mas que los pies, -je je- el regreso es lo más difícil, aunque preferimos preocuparnos después de admirar el paisaje. El destino siempre ayuda al mochilero, hicimos dedo en el tren turístico que nos llevó de nuevo al malecón. Fue un día bien recorrido sin habernos adentrado aún al mar. Es mejor recargarse y descansar para disfrutar de una noche caminando por la playa encontrando huecas para comer, muy buena gastronomía poquito cara pero vale la pena.
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